AMLO: cascabel al gato // Iberdrola y neoliberales
Carlos Fernández-Vega
L
os gobiernos neoliberales se apasionaron por los espejitos –y algo de oro, desde luego– que les ofrecieron las grandes empresas españolas que se avecindaron en México –las cuales se sirvieron con la cuchara más grande– y con ellas fueron más que generosos: todo les dieron y nada les reclamaron, de tal suerte que las finanzas de esos corporativos crecieron como la espuma, como en el caso de Repsol y OHL. No es gratuito, por ejemplo, que trasnacionales financieras como BBVA obtengan en México 40 por ciento de sus utilidades globales o que la energética Iberdrola tenga en nuestro país 20 por ciento de su capacidad instalada (el doble que en Estados Unidos y casi la misma proporción que en su nación de origen, de acuerdo con su propia información). Siempre han respetado las reglas, pero las suyas, nada más.
Días atrás, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) actualizó las tarifas de interconexión para las empresas privadas llamadas
auto abastecedorasde energía eléctrica, y el aumento fue de entre 427 y 811 por ciento, lo que da idea de la ínfima cantidad que dichos consorcios pagaban y el creciente subsidio que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) debía pagar para tenerlas apapachadas, siempre de acuerdo con los generosos contratos firmados con los gobiernos neoliberales.
Y no sólo eso: la CFE denunció la existencia de un mercado negro o paralelo (de las empresas privadas) en la venta de energía eléctrica a través de simulación de sociedades de autoabastecimiento, lo que ocasionó que en los tres últimos años la empresa del Estado dejara de percibir cerca de 23 mil millones de pesos, y, desnudados, los consorcios involucrados solo atinaron a exigir
certeza jurídicay
estado de derecho, es decir, garantías para mantener intacta la rapiña que los gobiernos neoliberales les avalaron.
En este contexto, ayer el presidente López Obrador dijo que “algunas empresas del sector eléctrico están inconformes, debido a que se está poniendo orden; ya no se les permite hacer y deshacer. Ya hemos hablado de que abusaban, que vendían la energía eléctrica muy cara a la CFE, se les tenía que dar hasta subsidios y todos esos contratos los obtuvieron mediante el influyentismo, sobre todo las empresas extranjeras y en particular –y esto no tiene nada que ver con el pueblo español– las empresas españolas que veían a México como tierra de conquista y abusaron. Antes, por esos abusos, el que pagaba los platos rotos era el pueblo de México, porque constantemente aumentaban el precio de la luz como el de las gasolinas. Les iba muy bien a los empresarios, sobre todo a los extranjeros, pero le iba muy mal al pueblo de México”.
Entonces, dijo el mandatario, “ahora se están revisando normas y los contratos leoninos; hay una campaña en contra de nuestro gobierno por las propias empresas. Es muy claro que el periódico El País de España está defendiendo a las empresas españolas, pero pueden cuestionarnos un día sí y el otro también, pero no vamos a seguir permitiendo el robo y el saqueo”.
Y le puso el cascabel al gato:
las que tienen el monopolio en la industria eléctrica son las empresas españolas; una sola de ellas, Iberdrola, tiene 20 plantas de generación de energía eléctrica; todavía el año pasado un hijo de Claudio X González le vendió una planta en donde él era socio a Iberdrola. Entonces, están trabajando de manera conjunta y hay toda una campaña en medios de comunicación en contra de nosotros. Yo lamento que esto pase, pero no vamos a dar ni un paso atrás porque está de por medio el interés general.
Las rebanadas del pastel
En efecto, Iberdrola tiene 20 plantas generadoras de energía eléctrica distribuidas en nueve estados de la República (Sonora, Puebla, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Oaxaca, Sinaloa, Durango y Coahuila, según su propia información). Solo para dar una idea de qué se trata, en 2004 el consorcio español reconocía que su capacidad instalada en México sumaba 2 mil 193 megavatios; 16 años después presume casi 11 mil MV, un aumento de 500 por ciento en el periodo.
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