miércoles, 2 de febrero de 2011

México SA


Menor captación fiscal en 2010

A nómina, 61% de lo recaudado

Lujambio y su “bonita amistad”

Carlos Fernández-Vega

Algo no cuadra en la euforia exagerada” (término acuñado en el reciente Foro de Davos) del gobierno calderonista: si “recuperamos la senda del crecimiento” (Calderón dixit), si el recién concluido fue “un buen año en términos de recuperación”, si “hemos mejorado el padrón de contribuyentes y prácticamente se ha duplicado” (Cordero ídem), si se generaron 730 mil empleos (Lozano) y, en fin, si el producto interno bruto avanzó alrededor de 5.3 por ciento (cifra de Hacienda), entonces ¿por qué en 2010 se registró un descenso en los ingresos tributarios, no obstante que aumentaron las tasas impositivas?

¿Qué parte de la historia no ha sido contada por los “eufóricos”? En 2010, los ingresos tributarios resultaron 50 mil 260 millones de pesos por debajo de lo estimado, como resultado de descenso en la captación de prácticamente todos los impuestos. Por ejemplo, la recaudación por impuesto sobre la renta (ISR) resultó 2.2 por ciento menor a lo programado; 15.3 por ciento la del IETU; 38 por ciento la del impuesto para depósitos en efectivo (IDE); 21.4 por ciento la de bebidas alcohólicas; 40 por ciento la de telecomunicaciones; 12.2 por ciento la de importaciones, y 14.1 por ciento el de la tenencia. En sentido contrario, por IVA se incrementó 3 por ciento; 14.8 por ciento la de tabacos labrados; 5 por ciento la de juegos y sorteos, y 16 por ciento el del impuesto sobre automóviles nuevos (ISAN).

Para 2010, el gobierno calderonista y los legisladores (es decir, los mismos que prometieron a sus electores no aumentarles la carga tributaria si los favorecían con el voto) tuvieron la gentileza de incrementar las tasas impositivas (además de precios y tarifas de bienes y servicios públicos): la del ISR pasó de 28 a 30 por ciento; la del IETU de 17 a 17.5 por ciento; la del IDE de 2 a 3 por ciento (amén de disminuir el monto máximo mensual para no pagar el impuesto de 25 mil a 15 mil pesos) y la del IVA de 15 a 16 por ciento. Si, como asegura el secretario de Hacienda, el padrón de contribuyentes “prácticamente se ha duplicado” y aumentaron las referidas tasas, ¿qué justifica una menor recaudación fiscal?

Pues bien, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados lo sintetiza así: los recursos del sector público captados durante 2010 totalizaron 2 billones 960 mil 268.2 millones de pesos. De este total, 44 por ciento provino de los impuestos; 33 por ciento de la venta petrolera y el restante 23 por ciento por ingresos distintos de los impuestos y de ingresos propios de organismos y empresas públicas. De cada peso presupuestal, 44 centavos correspondieron a la captación fiscal.

Tratándose de los ingresos tributarios, la recaudación sumó un billón 314 mil 326.8 millones de pesos (de ese total, 61 por ciento se utilizó para cubrir la nómina burocrática). Sin embargo, ese monto fue menor a lo programado para el ejercicio. Aquí se registra una contradicción entre las cifras: las de la Cámara de Diputados menciona una diferencia de 6 mil 180.1 millones de pesos, equivalente a 0.5 por ciento por debajo de la meta, pero la Secretaría de Hacienda reconoce una caída de 50 mil 260 millones de pesos por el mismo concepto y en igual lapso, igual a 3.9 por ciento por debajo de la meta.

Por lo anterior, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas considera que la diferencia entre lo programado y lo observado puede calificarse de poco significativa, aunque subraya que tanto el crecimiento anual de la actividad económica (5.3 por ciento como adelanta la Secretaría de Hacienda), como las 730 mil plazas laborales adicionales en el sector formal de la economía y los incrementos en las citadas tasas impositivas, resultaron insuficientes para alcanzar las metas recaudatorias en ISR, IETU, IDE y en el IEPS.

La miscelánea fiscal aprobada por los diputados para el ejercicio 2010 (léase el aumento de las tasas impositivas al ISR, IETU, IVA e IDE), se orientó (versión oficial) a fortalecer e incrementar la recaudación, aunque en los hechos en todos los casos, salvo el del IVA, tal captación quedó muy por debajo de la meta anual. De igual forma, los aumentos en las tasas impositivas del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) a bebidas alcohólicas, cervezas y telecomunicaciones “tuvieron un impacto decepcionante”, pues su recaudación, en conjunto, cayó 14.5 por ciento.

El CEFP anota que las captaciones de IETU e ISR, registradas en conjunto durante 2010, mostraron un crecimiento real de tan sólo 1.7 por ciento respecto de lo observado en 2008, año en que entró en vigor el IETU con una tasa impositiva de 16.5 por ciento y cuando el ISR registraba una tasa de 28 por ciento. El alza a las tasas de dichos impuestos no funcionó. Por ello, la SHCP debe entregar a la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados, a más tardar el 30 de junio de 2011, el diagnóstico integral sobre la conveniencia de eliminar el ISR (a personas físicas –con actividad empresarial, honorarios y arrendamiento- y a personas morales) o el IETU.

Algo falló, porque no resulta compatible la reciente cuan triunfal declaración del secretario Cordero (“hemos mejorado el padrón de contribuyentes y prácticamente se ha duplicado… aumentó en 15 millones y pasó a los 34 millones actuales”) con el incumplimiento de la meta recaudatoria. Es el viejo truco de la diferencia entre lo dicho y lo hecho, que será permanente mientras gobierno y legisladores sigan fingiendo demencia y pospongan, un año sí y el siguiente también, la reforma fiscal integral que requiere el país.

Las rebanadas del pastel

Muy contento estaba Alonso Lujambio justificando su bonita “amistad” y “cercanía” con Elba Esther (“critíqueseme en todo caso porque esa interlocución no sea productiva, porque sea socialmente inútil, no genere resultados, porque nada más platiquemos, tomemos cafecitos y no generemos ningún cambio”), cuando ¡zas! que lo alcanza la pedrada de la OCDE: “México necesita acelerar mucho más el paso y emprender acciones que modifiquen su sistema educativo, puesto que al nivel actual tardará 50 años en alcanzar la pauta de alto rendimiento que pide la Organización… México no puede darse el lujo de tardar medio siglo en mejorar la calidad de su educación… Más dinero en la educación no es garantía de éxito; el reto es cómo invertir” (Andreas Scheleicher, creador del Programa de Evaluación Internacional de Alumnos, PISA, en declaraciones a El Universal). Y al titular de la SEP se le atragantó el cafecito

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